Ir al contenido principal

Cuatro días y contando...

¿Que se puede opinar de todo este lí­o? Una frase que siempre me gustó fué la de "cada pueblo tiene el gobernante que se merece". Pero ¿hasta que punto se puede tolerar esa aseveración o sus consecuencias?

No me gusta hablar de política, pues uno, que no es estudioso del tema, ni siquiera seguidor activo, ni mucho menos lector asiduo de temas similares, no se siente con suficientes bases como para defender tal o cual posición. Y en eso la política es como el sexo, si uno no asume una posición y la aprende bien, pues la mediocridad sale a flote y es posible que al final no se "acabe" en nada. Menos aún escribir acerca del tema.

Pero es que llevo ya cuatro días encerrado en el apartamento, sin poder nisiquiera ir a la oficina, porque a los vecinos opuestos al régimen imperante, se les ocurrió la extraña idea de poner "barricadas", que ellos llaman "guarimbas", en todas las calles que le permiten a esta urbanización comunicarse con el resto de la urbe caraqueña.

Y pues que la cosa se pone ladilla mientras pasa el tiempo.

Pero bien interesante el nombrecito. "Guarimba". Suena a son caribeño, o a instrumento de percusión usado para algún son caribeño. O a trago exótico de los que toman los que tocan los instrumentos de percursión que usan para uno que otro son caribeño. Hasta tiene ritmo la palabrita. Parece una palabra sacada de un poema de Nicolás Guillén. Hago el ejercicio:


Zumba la Guarimba
Del negro bembó
Zumba que te zumba
En el malecó

Guarimba y bongó
Guarimba y bongó
Zumba que te zumba
En el malecó


¿Y qué carajo tiene que ver un poeta cubano con el reclamo de parte de los pobladores venezolanos de su deseado "referendum" revocatorio? El juego de palabras era demasiado tentador y caí. Además que el acercamiento de nuestro presidente con el régimen cubano podrí­a ser otra excusa, ¿no? Pero la palabrita de marras es opositora.

¿Ironí­as del lenguaje?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.