Ir al contenido principal

Etimologías -I-

Al parecer, la palabra "Atorrante" data del Buenos Aires de los años treinta, cuando se construía el sistema de alcantarillado de la ciudad. Cuentan que en ese entonces las tuberías, de casi dos metros de diámetro, servían de dormitorio de los obreros traídos de diferentes sitios del interior para la obra, estos tipos la mayoría medio maleantes, arrabaleros, y varios etcéteras por el estilo. Las tuberías eran fabricadas por una empresa francesa de nombre "Torrents", y la asociación de una cosa con la otra, parece que deribó en el adjetivo que viene al caso.

Podría llegarse entonces a aplicar el apelativo al campesino con pocos modales, y en el peor de los extremos, al malandro maleante de malvivir.

A mí me llamaban "Pajarito" cuando estaba en secundaria. Hasta el segundo año de bachillerato no medía más de metro y medio y no pesaría más de cuarenta kilos. Luego crecí un poco, y uno de mis ¿amigos? de aquella época, al no compaginar mucho el adjetivo con el semblante, le dió por llamarme por el más maloso "pajarraco atorrante".

A mí este nuevo apodo se me hacía cómico, pues no era una palabra conocida en el llano venezolano. Ahora la adopto, puede que temporalmente, tomando la primera concepción etimológica del campesino importado a la capital, por culpa del trabajo traicionero de esta última, que no se aleja tanto de mi condición actual.

Exagero un poco, pero no suena mal.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.