El 12 de Octubre de 1972

El 12 de Octubre de 1972 yo tenía algo más de 2 años. Era el Día de la Raza de este lado del mundo. En la cordillera andina, entre Uruguay y Chile, se estrelló un avión que llevaba a unos estudiantes y jugadores de Rugby a Santiago. El avión se estrelló por error humano, como lo reconoció el gobierno Uruguayo treinta años después. De ese accidente sobrevivieron 16 pasajeros después de 72 días de mucho sufrimiento y aprendizaje y viviencias y desesperación. Esta noche conocí a dos de ellos que nos narraron su desventura.

Son famosos por un libro, "Viven" y una película del mismo nombre, bastante "light" como ellos mismo la adjetivan con mucho humor y humildad. Tal vez muchos no recuerden el caso, pero fue famoso por, entre otras cosas, el hecho de que ellos contaron que tuvieron que comer de sus propios compañeros muertos para poder sobrevivir. La historia es un ejemplo de lo que el ser humano es capaz de resistir para poder sobrevivir hasta en las condiciones más extremas, en este caso un glaciar a más de cuatro mil metros altura, sin recursos ni ayuda y un frío de menos de 30 grados centrígrados bajo cero. Alvaro me contó que tuvieron que comer la carne congelada, cruda, pues aunque tenían un encendedor de uno de los "sobrevientes", como le llaman a sus compañeros, no tenían nada qué encender, aunque lo intentaron en un principio. La decisión por supuesto, les supuso un gran sufrimiento, pero era un paso que debían dar.

¿Que harían si les pasara de nuevo? preguntó algo estúpidamente un compañero en la cena, "¿Que haría?" respondió Alvaro, "No me montaría en el avión, por supuesto".

Alvaro y el "Cacho" son unos uruguayos buena gente, como decimos en Venezuela, con un humor especial, que incluso les ha permitido reirse un poco de sí mismos. "Bienaventurados quienes se ríen de sí mismos, su dicha no tendrá fin" decía Mark Twain, es una frase que celebro pues creo en ella como un onceavo mandamiento.

Cenamos en un restaurante espectacular en la "Ciudad Amurallada" que es como le llaman a la zona colonial en Cartegena, hablamos de vinos, rugby, hispanidad, y muchos cuentos y ¿anécdotas? del accidente. Me pidieron que les tomara unas fotos que les acabo de enviar por email. La tecnología está en todas partes, al menos en esta época.

Ha sido una gran experiencia esta, sin duda. De esas de las que uno aprende aunque no quiera.

Salud y vino! Alvaro y Cacho, sobretodo mucha salud y felicidad, que bastante se las merecen.

Comentarios

Miguel Pinto dijo…
Tecnorrante, que experiencia tan enriquecedora, debe haber sido muy interesante haber compartido con estos "sobrevivientes".

By the way, ahora en Venezuela también tenemos a nuestros sobrevivientes, los de la riada de la Guaira, los del 11 de abril, los de los fines de semana sangrientos en nuestras ciudades, los sobrevivientes a los tratamientos de los médicos cubanos y pare usted de contar.
Maria Luisa dijo…
Quisiera que ellos sepan que muchas personas alrededor del mundo los admiramos por la valentía y la fe que tuvieron y demostraron durante esos días que estuvieron a la deriva. Que Dios los Bendiga. Porque son ejemplo para muchos que han atravesado por situaciones dificiles y no han perdido la fe gracias a la historia que ellos vivieron.