Hace unas semanas me reuní con Altazor y con los Biscuter, altos defensores del humanismo en cualquier expresión de la sociedad, tema que parecería redundante (no puede haber sociedad sin humanos) pero que mantiene una actualidad lastimosa en especial en los tiempos que corren.
En medio de una botella de Valpolicella, le expresé mi preocupación por tratar de impulsar el humanismo dentro de la empresa (privada) donde trabajo (y de la que soy ahora socio y director) que tiene como característica un grupo de trabajo altamente técnico, a veces demasiado técnicos, tecnócratas, tecnófilos, tecnómanos y demases para mi gusto. Altazor me comentó que el espíritu humanista no tenía porqué estar divorciado del trabajo técnico o de una empresa capitalista, y llegamos a comentar que sí era probable insuflarle dicho espíritu a los ultra-computistas, lo que podría ayudarles no sólo en el trabajo sino a su persona completa. Borges, incluso, podría ayudar.
La duda la expresé en bytes altos. A Martín le pareció interesante y la pasó a Izzy Cuyagua, quien ha escrito una reflexión que no me ha dejado duda del camino a tomar.
En perfecta alineación con lo que me comentaba un Biscuter, el humanismo no tiene porqué ser una elección excluyente al capitalismo, socialismo, comunismo, o cualquier otra manifestación económica o política o de cualquier otro tipo, pues ante todo éstas están compuestas de humanos que deberían poder elegir serlos en el sentido más completo de su propio nombre y significado. El humanismo no tiene porqué estar sólo en un Jorge Luis Borges, en un Jacobo Borges o en un Julio Borges; no tiene porqué dejar de manifestarse si uno es un empleado o si uno es un jefe; no tiene porqué desaparecer si uno elige acumular cierto grado de riqueza o aparecer de repente porque uno prefirió sembrar su propia comida.
Es un tema de elección similar al que ya se han referido muchas religiones. Y lo podemos elegir aunque practiquemos el capitalismo, aunque nos apasione el socialismo, aunque no sepamos qué carrizo practicar o a qué apasionarnos inclusive. En una empresa capitalista puede sin problemas convivir el humanismo, pues conviven personas con capacidad de elección, aunque sí es claro que esa elección debe darse en todos los niveles de esas jerarquías artificiales (como todas) que se inventan las organizaciones para mantenerse organizadas (valga la organizadura).
Desde este rincón treinta y cinco gracias a Altazor, Martín e Izzy por haber ayudado a desdudarme en esta ocasión, ahora tendrán que soportarme cada vez que me encuentre en una encrucijada conceptual cualquiera, sea de algún "ismo" o de cualquier tontería que se me ocurra (que no son pocas).
Referecias:
¿Puede existir una empresa capitalista...?
Más allá del Capitalismo
El Capitalismo no es Humanismo
Tags: capitalismo, humanismo, sistemas, discusion, debate, empresa, humanidad
En medio de una botella de Valpolicella, le expresé mi preocupación por tratar de impulsar el humanismo dentro de la empresa (privada) donde trabajo (y de la que soy ahora socio y director) que tiene como característica un grupo de trabajo altamente técnico, a veces demasiado técnicos, tecnócratas, tecnófilos, tecnómanos y demases para mi gusto. Altazor me comentó que el espíritu humanista no tenía porqué estar divorciado del trabajo técnico o de una empresa capitalista, y llegamos a comentar que sí era probable insuflarle dicho espíritu a los ultra-computistas, lo que podría ayudarles no sólo en el trabajo sino a su persona completa. Borges, incluso, podría ayudar.
La duda la expresé en bytes altos. A Martín le pareció interesante y la pasó a Izzy Cuyagua, quien ha escrito una reflexión que no me ha dejado duda del camino a tomar.
No sé si es posible resolver este dilema, pero yo creo que los conceptos tradicionales de "capitalismo" o "socialismo" no son apropiados. Estas ideologías parten de la base que la felicidad de los individuos será mayor en este o aquel sistema, pero quizás el cambio deba empezar a nivel individual. ¿que pasaría si hacemos la revolución dentro de nosostros? ¿no cambaría el sistema sin necesidad de luchas? ¿No sería más humano nuestro trabajo si desearamos que así fuera?
Izzy Cuyagua, Febrero 2006
En perfecta alineación con lo que me comentaba un Biscuter, el humanismo no tiene porqué ser una elección excluyente al capitalismo, socialismo, comunismo, o cualquier otra manifestación económica o política o de cualquier otro tipo, pues ante todo éstas están compuestas de humanos que deberían poder elegir serlos en el sentido más completo de su propio nombre y significado. El humanismo no tiene porqué estar sólo en un Jorge Luis Borges, en un Jacobo Borges o en un Julio Borges; no tiene porqué dejar de manifestarse si uno es un empleado o si uno es un jefe; no tiene porqué desaparecer si uno elige acumular cierto grado de riqueza o aparecer de repente porque uno prefirió sembrar su propia comida.
Es un tema de elección similar al que ya se han referido muchas religiones. Y lo podemos elegir aunque practiquemos el capitalismo, aunque nos apasione el socialismo, aunque no sepamos qué carrizo practicar o a qué apasionarnos inclusive. En una empresa capitalista puede sin problemas convivir el humanismo, pues conviven personas con capacidad de elección, aunque sí es claro que esa elección debe darse en todos los niveles de esas jerarquías artificiales (como todas) que se inventan las organizaciones para mantenerse organizadas (valga la organizadura).
Desde este rincón treinta y cinco gracias a Altazor, Martín e Izzy por haber ayudado a desdudarme en esta ocasión, ahora tendrán que soportarme cada vez que me encuentre en una encrucijada conceptual cualquiera, sea de algún "ismo" o de cualquier tontería que se me ocurra (que no son pocas).
Referecias:
¿Puede existir una empresa capitalista...?
Más allá del Capitalismo
El Capitalismo no es Humanismo
Tags: capitalismo, humanismo, sistemas, discusion, debate, empresa, humanidad
Comentarios
Y bueno, respecto al tema que planteas, creo que lo mejor es el complemento. El capitalismo domina, sin duda, pero si se fuciona con el humanismo, se puede lograr un considerable grado de eficiencia en todo ámbito. Ya sea personal o colectivo dentro de una entidad.
Un abrazo. Nos leemos.
Un saludo
Verónica, definitivamente que merece un post aparte hablar de Valpolicella. Ya te dedicaré un post acerca de ese tema tan interesante y placentero.
Garmon... ¿la [N] llegó? ;-)
Sally, ¿what a hell...?
Henry: Continuaré el debate muy pronto. Gracias por el seguimiento.
Un abrazo!