De agotamientos y tecnologías

Acompañé a D. al supermercado. Pude conseguir algunas botellas de buenos vinos, unos españoles, un argentino, un par de chilenos, un italiano. Miré de reojo unas botellas de surafricanos y otros australianos pero no, otro día será, ahora no se me antojó 'experimentar'.

No había huevos, ni aceite (aunque sí de Oliva), ni leche en polvo. El pollo sólo lo tenían en una presentación extraña que llamaban "churrascos de pollo" full congelados. Para la carne había que hacer una cola como de doscientos números (imagino que cada uno asignado a una persona). Leí hace poco una revista de gerencia donde hablan del tema. Unos dicen que son los productores que no quieren producir porque los precios están regulados por el gobierno y por ende no tendrían ganancia alguna. Otros dicen que es porque la demanda se ha disparado por el aumento del poder adquisitivo del ciudadano común y la oferta, los productores, no estaban preparados para tanto consumismo junto. Hay quienes sostienen que el gobierno es lento en otorgar los dólares necesarios para comprar los insumos o materia prima necesarios para generar los productos. Otros dicen que es un complot de la oligarquía para generar incertidumbre en la población y propiciar la desestabilización del 'régimen'.

Como siempre, ninguna de las versiones debe ser totalmente cierta. Seguramente que debe haber un poco de todo en la mezcla. Ni modo.

Sí puedo decir que conocí personalmente la directiva de una empresa productora de aceites, que estaban detenidos en espera que les aprobaran la importación de una materia básica que no se producía acá, y ya llevaban más de dos meses esperando, con la consiguiente merma de inventario y posibilidades de cierre temporal de alguna planta por no poder producir nada en ella. Quizás es un caso aislado; ni idea.

Cuando el gobierno regula los precios de algún producto saltan siempre varias liebres. De primero las que hablan de proteccionismo innecesario, de estrangulamiento de las leyes del mercado y del sector productivo. Puede ser, que nada es perfecto en este mundo. Pero pocos hablan de aprovechar las situaciones planteadas y tratar de ser más eficientes para poder producir y obtener rentabilidad en el camino, cierto que no serán los niveles a los que estaban acostumbradas las empresas hasta hace unos cuantos años, pero sí podría ser lo suficiente como para que siga siendo atractivo levantar una industria en nuestro país.

Lejos de pensar en las opciones a las que echan mano las empresas gigantes de otros países, es decir el empezar a botar empleados como si fuesen chapitas de refresco, para 'disminuir el headcount' y sus costos asociado, se puede recurrir a otras alternativas más interesantes. La actualización tecnológica es una de las columnas que puede aprovecharse en una primera instancia.

En los tiempos que corren esta opción ya no se ve tan exótica ni distante, como cuando yo era estudiante (hace como quince mil años, o quince pa' ser mas exactos), pero sí existen muchísimos dueños de empresa a quienes les duele el bolsillo nada más pensar en hacer gastos en tecnología, que no digamos en software. Pero para quienes quieran dedicarse o se dediquen a este negocio, se les puede recomendar que dejen la flojera y se sienten a ayudar a los primeros a entender lo que pueden ganar asumiendo una buena inversión en software y demás menesteres tecnológicos, pues todavía no es fácil verle el queso a la tostada de bits y bytes. Y que lo hagan en un lenguaje llano, sencillo, alejado de esas siglas que tango les gusta a los académicos de los institutos de estudios empresariales o a los fanáticos de las revistas gerenciales escritas en inglés.

Seguro que a la final se gana mucho y ganamos todos.

Amanecerá y veremos.

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