Peregrinación (I)

La primera peregrinación que he tenido la oportunidad de realizar ha sido a la ciudad de Logroño, la capital del vino en España, cuna de la Denominación de Origen "Rioja" y por tanto de muchas de las botellas de este preciado líquido que he tenido la oportunidad de disfrutar.

En esta ciudad visitamos dos bodegas vinícolas con características muy diferentes: la antigua y renombrada Marqués de Riscal y la moderna y reciente Dinastía Vivanco. Ambas poseedoras de la D.O.C. riojana y ambas con una pasión por el mundo de la uva que se siente en cada una de sus paredes, en sus construcciones, en su gente, en su entorno completo.

Los vinos de la casa Marqués de Riscal fueron unos de los primeros que recuerdo haber probado cuando era chamo. Era una característica sus botellas con malla de hilos dorados, que luego en el tiempo han copiado otras casas, quizás por el mismo motivo. Hace poco probé en casa, y luego en la bodega volví a degustar, el excelente Gran Reserva 2000, un riojano típico pero en este caso impresionante, con mucho cuerpo y taninos definidos, características clásicas de las botellas hechas principalmente de Tempranillo, la uva que marca la denominación de origen.

En esta casa conocimos todos los sitios y rincones donde se fabrican estos excelentes caldos, desde los viñedos, en esta época completamente dormidos, pasando por los toneles donde se realizan las primeras fermentaciones hasta los sótanos llenos de barricas, nuevas y antiguas, donde se termina de conseguir el cuerpo del vino y donde también se almacenan las botellas que terminarán de aportarles el toque final. Vimos botellas de más de cien años y conocimos las personas que hacen que toda la magia funcione.

Después de hacer una visita como ésta, el gusto por el vino se me ha encajado más todavía en el cuerpo, en la sangre. Cada copa de vino que uno toma es un homenaje al trabajo apasionado de estas comunidades.


Una vista de un pueblo desde la bodega Dinastía Vivanco

Comentarios

Anónimo dijo…
De lo que se perdió el compadre Alexander, que vaina!. Un abrazo
Tecnorrante dijo…
Así es, y eso que este cuento es apenas una boronita...

Un abrazo.
ángel dijo…
Hermosa imagen que agradezco disfrutar en tu blog que hoy visito por vez primera.


saludos....
Tecnorrante dijo…
Gracias Angel, por el comentario y por la visita.