Atlanta en año nuevo

El frí­o de Atlanta es una vaina vergataria. Afuera está haciendo un hermoso sol ahora, pero sé que si salgo sin el abrigo o una chaqueta gruesa, guantes y el gorrito que me hace ver como un idiota con anteojos, se me congelarían las amí­gdalas por una brisa de unos cero grados centí­grados aproximadamente.

Es cierto, es primera vez que vengo a los "unites estates" en época de invierno. Y es que lo barineses no estamos hechos pa' la nieve y las brisas congelantes. Si estuviera aquí nuestro Presidente, del cual tengo el dudoso honor de ser paisano, pensaría inmediatamente que son cosas creadas por la oligarquía neoliberal anglosajona para evitar el turismo de los pueblos latinoamericanos explotados por el capitalismo aberrante, y así lograr que se queden en sus paisitos para ser eternamente pisados por el big shoe del uncle Sam. Palabras más, palabras menos, todos entienden la idea.

Lo malo del frío es que uno no puede hacer un buen turismo pedestre, es decir barato. Solamente caminar hasta el MARTA, que es como le llaman al metro acá, se le congelan las bolitas a uno nada mas pensarlo, y eso que solo está a tres cuadras de donde me estoy quedando.