
Writing about that (¡gringuismo!), mi esposa dice que yo colecciono colecciones. Realmente me gustarÃa tener alguna colección decente, pero sufro desde pequeño de ladillismo agudo, como dicen algunos panas, o según mi propio entender, predico la religión del antiparabolismo activo. Lo cierto del cuento es que sÃ, tengo una colección de colecciones que no terminan de serlo pues a ninguna les he dado mucha importancia que digamos.
Siguiendo con el mismo tema, tengo mi pequeña colección de imanes en la nevera, una muy modesta colección de "mouse pads", una pequeñÃsima colección de monedas de mi época de estudiante de secundaria, que por cierto debe estar en poder de uno de mis hermanos. Tengo una pobre colección de aparatos de computación que datan de mis primeros pasos por este mundo en el que aún me encuentro. Comencé un álbum donde estoy colocando las etiquetas de las botellas de vino que más me han impresionado, este puede llegar a convertirse en una colección si llegara a pasar de diez etiquetas, pero no lleva ni cuatro.
Creo que tengo un parte coleccioncitas más, pero la que más me enorgullece es la colección de botellas de cerveza, sin abrir, de diferentes paÃses que he visitado y otras que me han traÃdo varios amigos de sus viajes. Van como sesenta botellas de distintas partes del mundo, y algún dÃa quisiera ponerle empeño para engrosarla con piezas realmente de colección, que sé que serÃa casi imposible de conseguir llenas, pero al menos tener botellas de cervezas antiguas venezolanas, algunas extintas como Zulia, y otras de marcas aún vigentes como Polar. ¿Las Cardenal estarán extintas?
Llevo varias botellas de acá, y asà voy tratando de darle forma a la coleccioncita.
Me voy en rato. Ya quiero llegar a casa y jugar un rato Final Fantasy X2 con mi hijo, y luego que se duerma, tratar de completar Legacy of Kain: Defiance, en el PS2.
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