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Excelente elección

Hace unas semanas fuí­ a conocer un pequeño restaurante en Chacao, pues junto con un compadre nos provocó tomarnos unas copas de vino con unas lonjas de jamón serrano y queso manchego. El lugar, al lado del McDonald en la Francisco de Miranda, es de dimensiones medianas, sin pretenciones lujosas exageradas, pero con una muy buena carta de vinos y uno que otro mesonero con conocimientos del asunto mayores al promedio, que ya es mucho decir por estos lares.

Yo no soy un "somelier" ni me le acerco a uno, pero me gusta demasiado una buena botella de vino, y si es posible casarla con unas "tapas" apropiadas y una buena conversación, pues creo que nadie me quitará la razón de catalogar esos momentos como los que hacen que valga la pena seguir respirando.

El primer vino elegido lo había probado yo meses antes, fue una botella de Trapiche, tinto, Cabernet Sauvignon para más señas, Argentino de nacimiento, y que me reconfirmó mi primera impresión de ser una gran elección por su excelente relación precio/valor.

En el primer aroma es fácil sentirle seis meses o más de barrica, muestra un correcto color rojo rubí no muy fuerte, y es de ataque moderado al primer sorbo. En el segundo aroma le descubrí matices frutales, que reconozco que aún no sé distinguir bien, mezclado con ese rico aroma que da la madera y que nos prepara para sentir casi de inmediato los taninos respectivos, que por supuesto los tenía a un nivel también moderado. Creo que le ayudó mucho que el mesonero lo haya refrescado en agua con hielo durante un rato antes de servirlo. Todavía hay gente que cree en el antiguo mito del vino tinto en temperatura ambiente, que no hace más que ocultarle los aromas y ponerlos más ácidos de lo que podrían ser.

En fin, que este Trapiche argentino, cosecha 2000, está más que recomendable para entrarle a unas buenas tapas españolas y una buena conversación entre panas que también aprecien estos gustos que podríamos estar por perder en algún momento, bien sea por el bendito tema político, por el económico, o alguna otra pendejada.

In vino veritas

Salud!

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