Ir al contenido principal

El Canal puede esperar?

Estoy de nuevo en Ciudad de Panamá, o Panama City, como les da por llamarla acá. No creo que tenga oportunidad tampoco esta vez de conocer algo de esta ciudad que parece ser bastante cosmopolita. Pero ni modo, tampoco es algo que me quite mucho el sueño. Quizás vaya mañana al final de la tarde a conocer el Canal, pero puede que como siempre me dé un ataque de antiparabolismo total y me quede leyendo alguna de las tres o cuatro revistas que siempre cargo (o compro) cuando viajo. Pero bueno, genio y figura...

Aproveché una ¿oferta? en el Dutty Free del aeropuerto y compré una Olympus D580, que espero poder vender de nuevo por Deremate.com o algún otro sitio similar, pues aunque es barata y está bien ranqueada, me parece muy débil para mi compulsivo instinto de destrucción de aparatos electrónicos.

Afortunadamente, y sabiendo que no tiene nada que ver con el tema, hay un mall cerca y tiene varias salas de cine. Voy a ir dentro de un rato a ver alguna película gringa de acción, y meterme medio kilo de cotufas en el estómago antes de dormir. Esa es una de mis ideas del paraiso. Por cierto, que es excepcionalmente barato acá el cine, menos de cuatro "balboas", que es una manera muy criolla que tienen de llamarle al dólar americano acá. Es decir, menos de ocho "lucas" que es algo más barato que en Caracas, que ya es mucho decir. Lástima que seguro no voy a poder pagarlo con la tarjeta de crédito.

Ni modo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.