Ir al contenido principal

El Agua Tibia

Hace dos noches descubrí, literalmente, el agua tibia. Claro que con un poco de manzanilla, en forma de una infusión conocida legendariamente por el sesenta y ocho porciento del mundo civilizado. Me tomé un té de manzanilla y entré en un estado de relajo (¿o se dice relajamiento?) total, que antes sólo me lo producía una larga ducha con agua caliente a alta presión. Creo que fue la primera vez que he probado este brebaje.

Para mitigar el hambre que me produce estar despierto hasta las dos o tres de la madrugada todas las noches en estos hoteles, a veces opto por pedir "servicio a la habitación", pero siempre termina resultando tan caro como regresar a Caracas, cenar y volver al hotel. Así que en ocasiones (es decir, cuando me acuerdo), paso por un supermercado, me compro un cuarto de kilo de jamón ahumado bien rebanado, una o media botella de un buen tinto, y voilá, resuelto el tema por unos días, o noches mejor dicho. Claro que muchas veces me dejo llevar por mis instintos y termino con varios paquetes de cotufas para microondear (¿neologismo?) como único componente de mis madrugadoras cenas.

Compré en el supermercado también un ejemplar, barato por cierto, del libro de cuentos "Nada que hacer, Monsieur Baruch", de Julio Ramón Ribeyro.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.