
Leyendo
un artículo en la revista Wired, me he quedado estupefacto, boquiabierto y patidifuso. Resulta que unos científicos de algún sitio han descubierto que transfiriéndole sangre de un ratón chamito a un ratón vejuco, las células dormidas o cansadas de los músculos del vejete agarraban nuevos bríos. Claro que ambos mices estaban genéticamente igualados.

Pero uno podría pensar que en algún momento se acercarán las ficciones de horror de hace sopotocientos años, en los cuales hermosas (pero medio vejucas) reinas se bañaban en la sangre de doncellas, o furiosos guerreros (como el inspirador del Drácula de Stoker) bebían de la sangre de sus enemigos para hacerse más fuertes, o la de películas de modernos villanos que se hacían transfusiones de chamines raptados para obtener más vigor.

Todos estos cuentos ¿será que tenían base científica? ¿O será que los estudiosos o científicos ya están más que mayorcitos y están buscando la cura en antiguos cuentos? ¿En el futuro tendremos clones pa' que nos puedan renovar la sangre de cuando en cuando? Yo voto por esto último y que usen de prueba a Norkis Batista (un clon de Norkis no le caería nada mal a esta ciudad).
Que bárbaro.
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