Uomo al Humo

Altazor me lo contó, ahora el Infante es Puro Humo. Desde la blogósfera envío mi cyber-llanto por la pérdida de uno de los grandes de la palabra.

Una vez escribí un minicuento de intenciones "cabrerianas", inocente ejercicio que quiero reproducir ahora, de nuevo, como un humilde homenaje.

    Cabra en carrera cabreada


    A mí también me gustan los habanos, aunque los dominicanos son los que más consumo, con su humo más suavesón, pero no en el cine (¿cinéfilo o cinófilo? duda a aclarar o desdudar, como el término serratiano), que también me gusta mucho, pero del que no puedo considerarme un ducho o dechado del mencionado arte, que aparte de arte es oscuridad absoluta y necesaria y en la que dan unas ganas de un habano cubano o dominicano (con el perdón de la toponimia rarofónica). El cuento es que el otro día, o mas bien noche de cine de peli de espanto pero no tanto, saqué mi puro maduro de puro encierro y al echar el primer humo me sumo en placer y ver el humo y ahumarse el coco del liternista loco fue uno y de una me sacaron con puro y humo y todo al lodo de la acera que espera afuera cual asiento de cemento al jumento que se le ocurra tan burra idea.

    Al final no fue tanto el llanto sino la joroba de la boba acompañante y de paso petulante.



Hace poco comenzé a leer "Puro Humo"... ¿Azar Concurrente?

Estoy triste

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