Ir al contenido principal

Marcado

No sé qué marca le pusieron en la aduana gringa a mi pasaporte, que las dos últimas veces que he pasado por alguna, me han pasado a revisión "regular". Claro que es más el fastidio de la revisión de maleta y las preguntas monótonas (¿de donde viene?, ¿que viene a hacer?, ¿donde se va a hospedar?, ¿cuantos dias va a durar?, ¿una identificacion de que trabaja en la empresa que dice?) con sus respectivas respuestas monótonas, y listo, "puede salir y muchas gracias".

Yo agradezco con la sonrisa más genuina que puedo sacar, del bolsillo de sonrisas prefabricadas, y salgo como si no me hubiesen importado nada la(s) hora(s) que me hicieron perder en esa revisión "de rutina".

Me dicen algunos amigos viajeros, que podría ser debido a las entradas, frecuentes también, a varias ciudades colombianas, y las entradas/salidas rápidas a ese país norteño también, pero sé que no soy el único cuyo trabajo le obliga ese tipo de traqueteo aeroportuario. Pero bueno, como dicen que pa'lante es pa'lla, pues a no pararle mucho al asunto y esperar que, o se fastidien de las revisiones, o yo deje de viajar con frecuencia, cosa que ya estoy planificando poco a poco.

Acá en San Juan, Puerto Rico, ha dejado de llover con tanta frecuencia como la vez de mi visita anterior, al menos hoy. Esperemos que se mantenga así en la semana, pues aunque el sol maracucho de esta isla me produce una ladillez suprema, ésta sólo es superada por la lluvia eterna que no deja conducir, ni salir manque' sea pa' caminar por Isla Verde.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me encanta como cuentas tus historias, lastima no tener mas tiempo para disfrutarlas , un abrazo mi querido amigo , de esta argentina!!!

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.