Ir al contenido principal

Crema

Hoy almorzamos en un pequeño restaurante francés, en el Barrio Latino. Probé por primera vez los extraños escargots, seguidos de pato en salsa a la naranja y terminando con un postre típico francés.

Mi abuela, mi amada abuela, que su gran dios la tenga en la gloria, fue la persona más bondadosa que he conocido en mi corta vida.

¿Cómo se iba a imaginar mi abuela, iletrada y bondadosa, que el sabroso quesillo guanareño que preparaba con frecuencia para el placer de sus pequeños nietos, era nada menos que un exquisito Creme Caramel, que bien podría haberle ganado varias estrellas Michelin y un puesto en las mejores cocinas francesas?

Me ha dado una alegría infinita el poder aún sorprenderme de este hecho. ¿Para qué carajo venir a Paris a conocer sus clásicos postres? ¡Guanare! ¡Barinas! ¡Mérida!

Te extraño mucho, abuela. Extraño tu quesillo con caramelo.

Sólo por esta noche me provoca gritar: ¡Pa'l carajo los franceses!.

Comentarios

Anónimo dijo…
No se qué te pasó, pero creo que aqui estabas delirando....

Es verdad que nuestra comida casera (sobre todo la de nuestras abuelas) es mil veces más sabrosa que muchos platos franceses, peroooo de allí a mandarlos 'pal carrizo'....??????...
Tecnorrante dijo…
Es cierto, maria luisa, creo que me pasé de maraca. Pero no tiene mucha importancia... ¿o sí?

:-D
garcía-gálvez dijo…
Para mí la "buena mesa", la "buena cocina" es la de toda la vida, la que hacían nuestras abuelas, artesanal, pero con fundamento y sin tonterias...

Pienso que hay muchos que se han apuntado al carro de la "new cousine", "la cocina creativa"... la verdad es que me suena a tomadura de pelo.

¡Ah! y no hablo de oidas...

Tecnorrante, mi felicitación por este magnífico blog.

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.