Ir al contenido principal

Actualizacionamientos

Actualizar uno mismo la computadora de casa es una tarea retadora e interesante para quienes tenemos la computación y la informática como pasión y trabajo a la vez. Pero a veces puede ser fuente de innumerables momentos de ladilla extrema.

El jueves, uno de mis compadres que vive en el norte, me trajo cuatro piezas especiales que elevarían mi perolita casera (una de ellas) al rango de semidiosa de la guerra del performance computacional: Una tarjeta madre (o motherboard, como le dicen por allá) marca ASUS, modelo A8N-SLI Premium, catalogada por las revistas especializadas en el género como una de las más monstruosas del ramo, y equipada con un chipset nVidia que le daría ídem a cualquier cyber-guerrero. Esta tarjeta es tan arrecha, que trae dos conectores de red de 1Gb, 6 conexiones de puertos USB y capacidad para montarle 6 mas; un puerto FireWire 1394, cuatro conectores SATA drives con capacidad para montarlos en arreglos RAID y espacio para agregarle dos más externos; en dos palabras: medio palo. El segundo accesorio era nada menos que un procesador AMD Athlon 3200 a 64 bits... molleja e cerebro pa' la tarjetica. Ni el Pentium4 más pintao le llega por los tobillos con sus mamarruchos 32 bits. Junto con la tarjeta madre había también una cajita con 1GByte de memoria RAM DDR400, es decir más rápidas que cualquiera de las carcachas de "Rápidos y furiosos".

Por último, lo aderezé todo con una tarjeta gráfica ATI Radeon X700 Pro con 256Mb de RAM DDR3. Me comentó mi compadre que el vendedor se quedó estupefaciente, sobretodo cuando se dió cuenta que el comprador no sabía ni papa de lo que estaba comprando, pues lo hizo con una listica que yo le mandé por email.

Estas pequeñas piezas iban a poner a mi máquinita tan rápida, óptima y hacendosa, que lo que le iba a faltar era hacerme el café y las maletas cuando tuviese que salir. Todo con una inversión de apenas setecientos billetes verdes gringos.

Desde el jueves en la tarde entonces andaba que me picaban las manos pa' montar todo, es decir, abrir mi perola, sacar la tarjeta madre vieja, con procesador, memoria y tarjeta de videoy reemplazarlo por las partes nuevas. Enchufar, actualizar los drivers y listo, a montar juegos de video de los últimos que son los que más aprovechan estas potencialidades, mientras pondría a aplicar procesos batch de filtrados complejos en Photoshop a unas cien fotografías que tengo pendientes, al tiempo que el iTunes sonaba el disco de Vandermark 5 a todo volumen (recomendación espectacular del Descarnado).

El pequeño detalle que no tuve en cuenta es que la monstruosa tarjeta madre es tan monstruosa y novedosa que usa un conector nuevo de veinticuatro pines para la fuente de poder.

O sea que en menos de dos horas y cuando ya estaba todo limpio y perfectamente armado, tuve que aceptar que no iba a poder pasarle ni un piche voltio a todo ese maremágnum de tecnología que tenía entre las piernas (literalmente, pues estaba todo en el piso, incluyéndome).

Luego de cinco minutos de formal cara de estupefación (cara de bolsa, como dirían en mi tierra) me tomé otros cinco para pensar qué hacer. Ya eran las cinco de la tarde, sábado, por lo que no iba a encontrar ninguna tienda de computación abierta, y muy pocas probabilidades que un remate en DeRemate.com me lo enviasen el mismo día, así que como cualquier habitante de esta capital, me vestí y me fuí lo más rápido que pude al Sambil, el mall nuestro de cada weekend. Recorrí las cuatro tiendas en donde podría conseguir una fuente de poder de 500W con conector de 24 pines, a saber: PC Depot, Compumall y FiveTronics en el primer piso, y la nueva MicroStar que abrieron en el cuarto piso.

Nada. Nanai nanai. Naiboa.

Hoy domingo probé en el CCCT. Menos que nada, ni siquiera abiertas las tiendas.

Mañana será entonces. Probaré suerte en otras tiendas que conozco.

Amanecerá y veremos.

Comentarios

Anónimo dijo…
JA ja ja, hace años que no me dá por ahí. Pero me acuerdo cuando con mis primeros reales compré y monté por primera vez "expansiones" en una PS/2: Uno o dos DIP para subirla a 640KB de RAM (venía con 418), un disco duro Texas Instruments INMENSO de 10 MB y un Logitech C9 que usaba una tarjeta en vez de un puerto serial ;-) Eran otros tiempos...
Mila Cabana dijo…
Yo no me atrevo ni siquiera a borrar nada, no vaya a ser que meta la patota y me quede sin compu....
Anónimo dijo…
El diablo se esconde en los detalles....!

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.