Image Duplicator

What? Why did you ask that?

La postal me mira con dos ojos furiosos desde la pared izquierda del escritorio. El domingo pasó sabroso, a pesar de las constantes idas al lavamanos a sonarme la nariz y botas los litros y litros de secreciones nasales que me tiene ladilladísimo desde hace un par de días. La gripe llegó como el romano aquél que vino, estornudó y venció. Aún no se quiere ir por cierto, pero la tengo a raya con antigripales, antitusígenos, secretolíticos y muconosequemas.

What do you know about my Image Duplicator?

Hoy quise leer los periódicos como alguno de los benévolos dioses modernos deberían mandar, pero tuve que trabajar un poco, y descansar un más por aquello que la gripe me tenía demasiado fastidiado. Aproveché y ví una película intrascendente en un canal del directiví, que tenía de original al menos aquello de la pérdida de la memoria instantánea. Claro que a Christopher Nolan le salió mejor, pero buéh... Aprovecharé y reviso dentro de un rato El País, El Mundo y los locales.

El DVD, que compré barato, o gané con los puntos de la tarjeta, es decir del que no recuerdo en realidad su procedencia, parece que se murió finalmente. Creo que no le gustaron mucho la cantidad de copias de películas "de respaldo" que le he puesto. El aparatejo en cuestión eran de esos (creo que ya debo hablar de él en pasado) coreanos o taiwaneses que leían dividís, cidís, vicidís, emepetrés, las rayas de la mano, las cartas del tarot y la mente si uno se descuidaba. Pero como que, cual héroe de comiquita con poderes psíquicos inmensos, como que se le agotó la energía de tanto esfuerzo sobremáquino al que lo sometí.

O sea que me toca ver peliculitas en el dividí de algunas de mis máquinas, o de mi notebook, o del playstation dos.

Eso de los lectores de dividís como que se ha convertido en lo que una vez fueron los relojes digitales. Recuerdo que en hubo un momento en mi tierna infancia, en que teníamos un reloj digital despertador, pero también el equipo tres-en-uno de elepés tenía un reloj digital, la cocina tenía otro, el televisor tenía otro, el betamax tenía otro, el carro tenía otro, uno de los portalápices tenía otro (y un par de bolígrafos también), dos calculadoras traían el suyo, en fin, que ya me imaginaba comprando zapatos, cinturones, cojines, y hasta cepillos dentales con relojitos digitales.

Ahora mi portátil tiene un lector de dividí, mis dos computadoras de escritorio, el playstation2 tiene otro, y por supuesto el susodicho moribundo asiático que está debajo del televisor.

¿Llegaremos a tener uno en el baño, pa' ver peliculitas mientras hacemos yoga intestinal?

Amanecerá y veremos