Ir al contenido principal

Dadá

Cuando estuve en el Museo George Pompidou el año pasado pude apreciar esta "Fuente" de Marcel Duchamp, uno de los iconos del Dadaísmo. Constaté, como ya me lo parecía cuando la apreciaba en fotos, que la obra es en realidad un urinario de principios de siglo, y que es feísima, para usar un adjetivo decente.

Pero tampoco era pa' que le cayeran a martillazos. Aunque quién sabe si este martillador termina siendo el último vestigio del dadaísmo post-moderno.

Amanecerá y veremos.

Tags: , , , , , , ,

Comentarios

Verónica dijo…
Con todo lo que conoces tu podrías escribir un libro, sin duda.

Espero leer algún día alguno de tu autoria.

¡Saludos cordiales!
Guy Monod dijo…
Este tipo literalmente "golpeó la loza" JOJOJOJOJO!!!

Y yo, donde vea ese artefacto, no lo martillo. Lo meo.


.Guy "Agüita Amarilla" Monod
ángel dijo…
Hay venganzas poéticas. Pero la del señor del martillo no era una de ellas.

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.