Hace tiempo que perdí la capacidad de escuchar a las avestruces. Una vez me dí cuenta que no podía seguir viendo las miles caras de la luna. Me percaté también, poco a poco, que nunca tuve almohadas de plumas. Me robaron uno a uno todos los envases de pintura invisible vacíos que atesoraban mis abuelos. Ayer, en el Metro, me sentí ochenta centímetros más pequeño. Presurosa la gente caminaba, corría, como si les faltara el tiempo. No sé qué se hicieron mis múltiples colecciones, parece que dejé de coleccionar colecciones.
Había perdido también la virtud de escribir pendejadas, pero esa como que la voy recuperando rápido.
Amanecerá y veremos.
Había perdido también la virtud de escribir pendejadas, pero esa como que la voy recuperando rápido.
Amanecerá y veremos.
Comentarios
Cariños
Un saludo
Henry S.! honor me hace s.
Saludos