De pérdidas

Hace tiempo que perdí la capacidad de escuchar a las avestruces. Una vez me dí cuenta que no podía seguir viendo las miles caras de la luna. Me percaté también, poco a poco, que nunca tuve almohadas de plumas. Me robaron uno a uno todos los envases de pintura invisible vacíos que atesoraban mis abuelos. Ayer, en el Metro, me sentí ochenta centímetros más pequeño. Presurosa la gente caminaba, corría, como si les faltara el tiempo. No sé qué se hicieron mis múltiples colecciones, parece que dejé de coleccionar colecciones.

Había perdido también la virtud de escribir pendejadas, pero esa como que la voy recuperando rápido.

Amanecerá y veremos.

Comentarios

Anónimo dijo…
Ya creciste, eso es lo que pasa... Cuando somos niños soñamos a ser adultos, cuando somos adultos extrañamos esas cosas de niños...

Cariños
Henry S. dijo…
Este post es increible.

Un saludo
Tecnorrante dijo…
Gracias Adriana por el comentario.

Henry S.! honor me hace s.

Saludos
Celeste dijo…
Yo también me había perdido :( pero estoy de vuelta! :)