Acciones

Supero todas mis actividades con un pequeño discurso hediondo a naranjas.



Me aprendo una palabra que no utilizaré jamás, pero amplía mi vocabulario al obsceno e inútil número de diez mil novecientas cuarenta y dos.



Busco con desesperación un libro. No me importa si lo encuentro.



Ayer oriné sentado, sólo por leer la historia de un contrabandista tailandés.



Para sentirme grande, aplasté un árbol de mango de un solo pisotón, dejando mi huella en el hermoso arte del bonsai.





_____________________________



(Intento de Dadaísmo escrito por Webencio Castellón, Venezuela, Marzo 2003)

Comentarios