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"Wish list" actualizada

Lenovo ThinkPad T60: La sucesora de mi anteriormente amada IBM ThinkPad T43. Igualita pero ahora con mayor resolución, más memoria, disco duro y quemador de DVD dual layer. Estas máquinas son el nono-plus-ultra entre las portátiles de "negocios", es decir, para aquellos mortales que las usamos principalmente para trabajar en consultoría, gerencia de proyectos y desarrollo de software. Las ventajas que no se escriben en las reseñas de las revistas especializadas son mayores que sus contrapartes de otras casas como Dell y HP: no se calientan, son más resistentes y duraderas por lo que tienden a dañarse con muy poca frecuencia o ninguna en lo absoluto, tienen dos sistemas de "mouse", es decir tanto el "trackpoint" o clitoricito o punta de borrador de lápiz como le llaman en los bajos fondos, junto con la alfombrita que usa el dedo como apuntador (que es la que menos me gusta), !ah! y el look-and-feel machazo de cuadrado negro, que evita esas máquinas que ahora vienen en colores con nombres, es decir "azul estilizado" o "plateado moderno" o "carmesí ferrari".





Playstation Portátil (PSP): ¿Que se puede decir de esta maravilla de la tecnología que no se haya dicho ya? Jugar GBA, Megaman y StarWars, ver películas con tamaño decente, fotos, música, aplicaciones hechas por uno mismo o bajadas de la red, documentos, y tantos otros etcéteras sin necesidad de grandes teclados y haciendo a un lado los aparaticos de pantallas diminutas dañaojos. El diseño en sí ya es una ganancia, de color apropiado (negro machísimo) o blanco, y una cantidad grosera de agregados que le han salido cuyo número ya está compitiendo con lo que le ha salido al iPod. Lo único que le falta es que se pudiera hablar por teléfono con el bichito este y que la batería le durase al menos unas cinco horas, pero eso es sólo esperar a que amanezca y veamos.




Cámara digital Panasonic: El modelo FZ50s, rápido sucesor del admirado FZ30, una de las mejores cámaras digitales del mercado según la asociación de fanáticos de cámaras digitales de gringolandia. La relación precio-valor siempre ha sido la bandera de combate de la empresa de Konosuke Matsushita, y al parecer sus sucesores han mantenido en alto el estandarte de esta casa nipona. Creo que son las caderas de Shakira la imagen publicitaria de estas camaritas, pero aún así puede que no le hiciera falta mucha (puclidad, digo) pues el sistema de estabilización de imágenes parece ser el mejor que existe entre estos aparatejos hoy por hoy, y el en extremo generoso zoom de 12 aumentos, nos permitiría verle hasta los pensamientos a los vecinos de los edificios cercanos. Demasiado tentadora.








Madrid: Debo volver. Tengo que volver. Necesito volver a caminar por sus calles, al menos unos quince años más...












Paris: Debo volver. Tengo que volver. Necesito volver a caminar por sus calles, al menos unos quince años más...










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Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.