Ir al contenido principal

Entre miedos y recovery

Hoy estuve en una alcaldía por cuestiones de trabajo. Como siempre cargo la cámara conmigo y estaba en un piso ocho, salí al balcón a tomar unas fotos de la vista de Caracas que se apreciaba desde allí.



En pocos minutos me tocó el hombro una señora con cara muy seria: "No se puede tomar fotografías acá". Me disculpé, guardé la cámara y bajé por uno de los ascensores. Luego de entregar el carnet de "invitado" me interceptó un vigilante:

- "Usted estaba tomando fotos en el piso octavo?"

- "Sí, fui yo, ¿quiere ver las fotos?"

- "Sí, por favor"

- "Son estas tres fotos, son sólo de la vista de los edificios y las montañas al fondo"

- "Pero muestran las vías de acceso a la alcaldía, por favor, debe borrarlas"

- "Por supuesto, mire, con este botón, lista la primera, la segunda, la tercera. Borradas todas. ¿Lo confirma?"

- "Sí, gracias y disculpe, pero no se pueden tomar fotos"

- "Seguro, no se preocupe, sólo que podrían poner algun cartel con la prohibición. "



Eso me recuerda una aplicación excelente y gratuita para recuperar fotos y archivos borrados de una tarjeta de memoria de las que usan las cámaras. Se llama "Art Plus Digital Photo Recovery", ya la he usado en un par de ocasiones y funciona al pelo.

Comentarios

Verónica dijo…
¡Puaj! Qué mal que no hayas podido tomar las fotos. De seguro que la vista era re linda. Te apuesto que si algún día entras a un recinto militar, extrañamente, podrás captar fotos, jajaja (acá están prohibidas al máximo)

cariños.
Unknown dijo…
jajja y ellos juran que perdidas estan¡
Anónimo dijo…
y quiero verlas!!

Qué riñones tienen...Cuentanos¿Qué hay en la vía hacia la alcaldía que no podemos ver?

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.