Regaño expatris

Regresando de Lima me volvieron a regañar al sellarme el pasaporte, pues las páginas del documento se me acabaron hace ya algunos meses. Este es el segundo pasaporte que gasto, por culpa de la viajadera inclemente y los cuatro sellos que marcan la desconfianza entre nuestros países seguramente bien justificada.

Sería interesante que para viajar entre países considerados hermanos, sólo se pidiese el carnet de identidad, para verificar contra la forma de inmigración, cuando mucho. Sería fantástico que la confianza fuese el valor por defecto, y que la seguridad y la ética fuera el más común de los procederes. Sería todo un detalle que los taxistas no tuviesen una tarifa especial para turistas, todo un síntoma de urbanidad. Sería fantástico que no tuviese que cambiar la moneda y que se aceptase por igual la de un rostro heróico u otro.

Sería fantástico que yo no estuviese equivocado y que el water no estuviese ocupado.

Amanecerá y veremos.

Notal mental: tengo que ir a buscar otro pasaporte.


Comentarios

Anónimo dijo…
Otro Regaño... estuviste en Lima y no te dignaste a llamar... no te perdono...