Amanecí tarareando

    El Padre Antonio Tejeira vino de España,
    buscando nuevas promesas en esta tierra.
    Llegó a la selva sin la esperanza de ser obispo,
    y entre el calor y en entre los mosquitos habló de Cristo.
    El padre no funcionaba en el Vaticano,
    entre papeles y sueños de aire acondicionado;
    y fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermón,
    cada semana pa' los que busquen la salvación.

Comentarios

Y cómo es que no la bailas? Ni siquiera el corito?

"Y suenan las campanas un, dos, tres, el Padre Antonio y su monaguillo Andrés..."

Abrazos salsosos
Anónimo dijo…
esa!! en donde se compra ese buen humor?