Hoy me dió por acordarme de los objetos perdidos. Desde pequeño he sido aficionado a extraviar objetos, o al menos es lo que piensa mi mamá. Hoy, buscando qué ponerme para ir a la oficina unas horas a ayudar a una compañera, ví mis chaquetas y me acordé de una que extravié en el Aeropuerto de Maiquetía. Se me quedó en el aparatote de esos que usan para revisar si uno lleva una bomba en los bolsillos, una tarde de octubre del dos mil cinco, es decir hace más de un año largo, y era bonita la condenada, de un azul oscuro e intenso, con una textura como de gamuza muy fina y un forro interno muy suave.
Seguí recordando y enumeré rápidamente, de los que más me dolieron...
... un portaminas negro, de esos que uno sacudía y sacaba la punta de grafito; lo dejé olvidado en casa de un amigo del bachillerato de cuyo nombre ya no pude acordarme
... una edición reciente de la Rayuela de Cortázar, que se me quedó en un avión y de la que aún conservo una fotografía
... un cosito de esos de memoria, de los que llaman pendráiv, de quinientos y pico de megas, que casualmente le hacía de llavero a un mazo de llaves que tampoco apareció mas nunca, y que guardaba las fotos de unas aceras comunes y corrientes de Caracas
... una colección de monedas, una pobre colección de monedas, pero colección al fin, que me costó como seis meses reunir cuando estaba en el primer año de bachillerato y que fuí ampliando por casi seis años y ahora me doy cuenta que no sé siquiera cuándo les perdí la pista, sí recuerdo que las guardaba en un pote de plástico blanco que una vez contuvo talco para los pies
... el sabor del icaco, que me gustaba mucho
... una flauta dulce, el único instrumento musical que he tenido en lo que llevo de existencia, y al que le pude sacar unas cuantas notas coherentes
... decenas de llaves; hay quienes dicen que son centenas
... una pequeña colección de discos de acetato de músicos brasileños
... un juego de ajedrez de madera traído de Rusia, del que recuerdo que tenía la particularidad de tener los reyes sin crucecita en la corona, me lo regaló mi tío Marcos, que en paz descanse, quien además del ajedrez, dibujaba como los dioses
Recuerdo más, pero ya lo listaré en otra ocasión, si no se me olvida...
La chaqueta era de marca "Waterproof".
Amanecerá y veremos
Seguí recordando y enumeré rápidamente, de los que más me dolieron...
... un portaminas negro, de esos que uno sacudía y sacaba la punta de grafito; lo dejé olvidado en casa de un amigo del bachillerato de cuyo nombre ya no pude acordarme
... una edición reciente de la Rayuela de Cortázar, que se me quedó en un avión y de la que aún conservo una fotografía
... un cosito de esos de memoria, de los que llaman pendráiv, de quinientos y pico de megas, que casualmente le hacía de llavero a un mazo de llaves que tampoco apareció mas nunca, y que guardaba las fotos de unas aceras comunes y corrientes de Caracas
... una colección de monedas, una pobre colección de monedas, pero colección al fin, que me costó como seis meses reunir cuando estaba en el primer año de bachillerato y que fuí ampliando por casi seis años y ahora me doy cuenta que no sé siquiera cuándo les perdí la pista, sí recuerdo que las guardaba en un pote de plástico blanco que una vez contuvo talco para los pies
... el sabor del icaco, que me gustaba mucho
... una flauta dulce, el único instrumento musical que he tenido en lo que llevo de existencia, y al que le pude sacar unas cuantas notas coherentes
... decenas de llaves; hay quienes dicen que son centenas
... una pequeña colección de discos de acetato de músicos brasileños
... un juego de ajedrez de madera traído de Rusia, del que recuerdo que tenía la particularidad de tener los reyes sin crucecita en la corona, me lo regaló mi tío Marcos, que en paz descanse, quien además del ajedrez, dibujaba como los dioses
Recuerdo más, pero ya lo listaré en otra ocasión, si no se me olvida...
La chaqueta era de marca "Waterproof".
Amanecerá y veremos
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