La mujer utiliza el espejo de manera inocente, se peina, se compara, se retoca, se aprueba. Ignora el mundo 'Carrolliano' tras el espejo. Ignora la multiplicación abominable que es capaz el espejo. Olvida la carga de mala suerte que podría llegar a brindarle el espejo.
Y el espejo se mantiene allí, con todas sus posibilidades, esperando que algún día o alguna mujer invoque sus poderes y mientras tanto aguanta los menjurjes, los paquetes, los frascos que le arriman y que lo abochornan.
Y el espejo se mantiene allí, con todas sus posibilidades, esperando que algún día o alguna mujer invoque sus poderes y mientras tanto aguanta los menjurjes, los paquetes, los frascos que le arriman y que lo abochornan.

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