Al Quartier Latin se le puede llegar por miles de calles, pero todas las veces lo hicimos usando algunas de las salidas del metro, esas que aún conservan adornos en herrería labrados hace casi doscientos años.
La gente que sale a borbotones de esas aberturas del subsuelo hablan miles de idiomas, visten ropas de millones de estilos diferentes, cada una en su universo, a veces compartido, siempre infinito como la oleada de ellos mismos que no permite ni permitirá nunca una foto sin gente en cualquiera de sus versiones.
Quizás la Maga pasó a mi lado alguna de esas veces y yo miraba para otro lado.
La gente que sale a borbotones de esas aberturas del subsuelo hablan miles de idiomas, visten ropas de millones de estilos diferentes, cada una en su universo, a veces compartido, siempre infinito como la oleada de ellos mismos que no permite ni permitirá nunca una foto sin gente en cualquiera de sus versiones.
Quizás la Maga pasó a mi lado alguna de esas veces y yo miraba para otro lado.

Comentarios
¿Encontarias a la maga?
Luisma, la próxima vez que pase por allá, me zampo varias crepas de nutella a que los egipcios entonces.
Saludos!