Problema resuelto

Cuando chamo me prestaron un librito que enseñaba a resolver el Cubo de Rubik, pero sólo lo tuve por un día, lo suficiente para aprender a armar la primera y segunda capas y cuando iba por la tercera y última, tuve que entregarlo.

Desde entonces no era más que un resolvedor incompleto, un fenómeno de circo extraño, pero de los que sólo podían cobrar unos centavos porque sólo causaban gracia o impresión unos minutos y al final sólo quedaba en los espectadores una ligera lástima que imagino les provocaba una media sonrisa y las ganas de darle una palmadita en la espalda de "algún día lo lograrás" al chico en cuestión.

Pero ahora existe Internet. Y cientos de manuales, fotos, tutoriales e incluso ¡videos!. Ya lo sé todo. Ahora lo que me falta es comprar un Cubo de Rubik.



Amanecerá y veremos.


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