Esto de celebrar la culminación de los años y el inicio de otros, como si en efecto ocurriese algo especial al cambiar la fecha, no deja de ser un rito interesante. Escuché a un metafísico (?) comentando que esto sucede porque los humanos somos seres que necesitamos cerrar ciclos, y que si estos ciclos no existieran nos habríamos inventado otros.
Este año decidimos pasarlo en casa, en Caracas, lejos de la numerosa familia repleta de padres, tíos, primos, sobrinos y panas. No es que no quede un poco de nostalgia o de ganas de salir pirao' pa' Barinas o Duaca, pero sí es cierto que le da a uno una sensación de hito conseguido, de cima alcanzada, de Itaca conquistada. Acá, y no allá, también es nuestro hogar, nuestro sitio. Nosotros, los de entonces, los que no pensábamos otra cosa que estar allá, ya no somos los mismos, y en cierto sentido seguimos siéndolos.
Mañana amanece entonces otro año. Cenaremos con uno de los compadres y su familia cercana. Degustaremos unos vinos que acompañarán una punta de res argentina. Probaremos algunos tragos de un single malt muy añejo, tratando de tratarlo bien para re-conocerlo final o inicialmente. Hablaremos de todo y de nada. ¿Jugaremos dominó? Quizás Monopolio (santos capitalistas, Batman!) o rumy-quinientos. Llamaremos a los ausentes(?) respectivos: padres, hermanos, panas, y otros familiares en ese estricto orden. Escucharemos música, al menos la que nosotros consideramos 'buena' música. Y varios etcéteras ya conocidos por la mayoría.
Me compré un par de discos interesantes: 'La Patilla' de Aquiles Baez y sus panas, y también 'Aldemaro Romero y su música' de varios intérpretes panas del maestro.
La parranda es pa'manecé...
Amanecerá, entonces, y veremos.
Feliz año!
Este año decidimos pasarlo en casa, en Caracas, lejos de la numerosa familia repleta de padres, tíos, primos, sobrinos y panas. No es que no quede un poco de nostalgia o de ganas de salir pirao' pa' Barinas o Duaca, pero sí es cierto que le da a uno una sensación de hito conseguido, de cima alcanzada, de Itaca conquistada. Acá, y no allá, también es nuestro hogar, nuestro sitio. Nosotros, los de entonces, los que no pensábamos otra cosa que estar allá, ya no somos los mismos, y en cierto sentido seguimos siéndolos.
Mañana amanece entonces otro año. Cenaremos con uno de los compadres y su familia cercana. Degustaremos unos vinos que acompañarán una punta de res argentina. Probaremos algunos tragos de un single malt muy añejo, tratando de tratarlo bien para re-conocerlo final o inicialmente. Hablaremos de todo y de nada. ¿Jugaremos dominó? Quizás Monopolio (santos capitalistas, Batman!) o rumy-quinientos. Llamaremos a los ausentes(?) respectivos: padres, hermanos, panas, y otros familiares en ese estricto orden. Escucharemos música, al menos la que nosotros consideramos 'buena' música. Y varios etcéteras ya conocidos por la mayoría.
Me compré un par de discos interesantes: 'La Patilla' de Aquiles Baez y sus panas, y también 'Aldemaro Romero y su música' de varios intérpretes panas del maestro.
La parranda es pa'manecé...
Amanecerá, entonces, y veremos.
Feliz año!
Comentarios
Un abrazo.
Jairo Boudewyn
Adirana, Feliz Año! Y espero que sigan saliendo esas cosas cotidianas con frecuencia.
Abrazos.