Ir al contenido principal

iPhone de Apple

Me había negado a considerar la opción de comprar el juguete de moda entre los informáticos y afines, que constituye el grueso de las personas del medio en el que me desenvuelvo generalmente. Pero hace unos minutos no pude negarme a una amiga que me pidió que lo revisara un rato y...

Que vaina más arrecha.

El tecno-fanático que llevo dentro y que comenzó a jugar con pequeñas computadoras desde que tenía doce años en una ciudad pueblerina que no entendía mucho de "esas cosas", comenzó a despertarse rápidamente. Conecté el perolito a la red wi-fi de la oficina, me conecté y revisé unos videos en Youtube, exploré los Google Maps y busqué (y encontré) rápidamente la foto satelital del Obelisco de Barquisimeto, haciendo zoom con el pulgar y el índice como si fuese un gesto natural con el que uno nace y asume que los aparatos lo entienden, di vuelta al aparato para ver unas fotos de Flickr y éstas se voltearon correctamente como si, también, fuese lo más natural del mundo, luego de unos minutos de asombro y descubrimientos inútiles similares no pude más y lo entregué con un signo de "alejate de mí, satanás!"

El perolito cuesta medio ojo de la cara, y no lo cubren mis "puntos de fidelidad", que hasta ahora me han mantenido full actualizado en lo que a teléfonos celulares se refiere, pues el aparato hay que comprarlo o a algún "importador" acá en Caracas o en alguno de mis viajes, en dóyares y contra mi cupo de la tarjeta de crédito.

Por tanto prefiero esperar. Me atreae mucho el Nokia N95, y quizás pueda conseguirlo a buen precio. Es decir, no creo que me deje tentar... por ahora, como dijo un paisano.

Amanecerá y veremos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.