Volando voy...

Estoy en el aeropuerto que sirve a la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, en su nueva ala con instalaciones modernas y un duty-free grande y caro. En esta nueva área hay una conexión inalámbrica gratuita a Internet, provista por la empresa Tricom, pero tiene un alcance limitado a una zona pequeña. Ni modo, agarrando aunque sea fallo.

Las sillas, todas juntas en hileras largas, con un diseño que busca ser moderno y funcional, terminan siendo a los pocos minutos una tortura a la espalda y al cuerpo en general.

El vuelo sale todavía en dos horas. Ayer salió apenas con veinte minutos de retraso, según me cuenta con una sonrisa el empleado que me atiende en el counter de la aerolínea.

Anochecerá y veremos.

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