En una de las callecitas que los domingos se convierten en el Mercado El Rastro en Madrid, el compadre nos llevó a comer un desayuno singular. Le llaman "tostas" y no son otra cosa que un trozo de pan al que le colocan encima casi cualquier exquisitez española. El sitio escogido como uno de los mejores fue un pequeño local en la calle Carlos Carlos Arniche, llamado "El Capricho Extremeño".
Probamos muchísimas tostas: de boquerones, de jamón ibérico, de tortilla, de gulas, de camarones, de salmón, y otras más que ahora no recuerdo.
No es difícil dar con el sitio, en especial los domingos se forman unas colas que salen varias decenas de metros por la calle. Se come de pie, después de haber casi peleado para entrar y pedir las tostas y las respectivas cañas para acompañar.
Que vaina tan buena.
Probamos muchísimas tostas: de boquerones, de jamón ibérico, de tortilla, de gulas, de camarones, de salmón, y otras más que ahora no recuerdo.
No es difícil dar con el sitio, en especial los domingos se forman unas colas que salen varias decenas de metros por la calle. Se come de pie, después de haber casi peleado para entrar y pedir las tostas y las respectivas cañas para acompañar.
Que vaina tan buena.

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