Ir al contenido principal

Ejercicio

Desde que tenía uso de razón, a Juan Crisanto le encantaba su nombre. Sentía que el suyo era un nombre redondo, de una sonoridad casi rítmica, un nombre serio y a la vez humilde, un nombre transparente y que lo identificaba y le calzaba como un guante de seda. Cuando se presentaba a algún nuevo conocido, lo hacía con sus dos nombres, haciendo énfasis en las "an", tanto que a veces se le olvidaba mencionar su apellido, de hecho, opinaba muchas veces que el apellido estaba de más, que los apellidos incluso estaban sobrevalorados, que lo único que uno necesitaba era un buen nombre, no, mejor, una buena combinación de dos nombres perfectos.

Un mal día, ya bastante entrado en la adolescencia, conoció a otro Juan Crisanto. Le pareció una persona mediocre, indigna de esos dos sendos nombres. Insignificante.

Al día siguiente se dirigió al registro notarial para solicitar un cambio de nombre. Desde ese entonces se llama Gustavo.

Comentarios

Unknown dijo…
jajaja. Buen ejercicio. Esta bastante bueno, tiene un no se que, sera un Comienzo atractivo, y una trama no apta para Hollywood, pero si para un episodio de los simpsons.

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.