Ir al contenido principal

Camarones al Ajillo con Dedos de Pollo al Comino

Eso fue lo que preparé hace un rato, y debo decir que me quedó de chuparse los dedos y rebañar el plato con un trozo de pan.

En un caldero con aceite sofreí el ajo picado lo más fino que pude, junto con trocitos similares de cebolla, ya que no tenía pimentón verde ni ají. Antes que se doraran le agregué los camarones (de esos que vienen en bolsitas congeladas, ya pelados y lavados y creo que precocidos también, ni modo) y los removí un rato para luego dejarlos cocinarse a fuego lento por cinco minutos.
El pollo lo había preparado antes, solamente aliñado con Sal Mineral, de esa de grano grueso, aunque la rebajé con un pequeño pilón o mortero criollo, y Comino en polvo, que le da un aroma que al menos a mí me parece exquisito.

Hice primero el pollo, y en el mismo caldero cociné los camarones. Lo hice por practicidad y rapidez, pero creo que ayudó mucho a fijar el sabor a los camarones, aunque de esto último no estoy para nada seguro, es sólo una idea que me gusta pensar para excusarme la mala preparación que da el apuro.

Lo cierto es que D., M. y mi persona, disfrutamos el plato como auténticos sibaritas. No tuve tiempo de enfriar ninguna botella de vino, así que acompañamos todo con jugo de pera, que no quedó nada mal tampoco. Ah, y con un arroz recalentado finalmente en el mismo caldero. Rápido, práctico y sabroso.

(Por cierto que la receta no sé si exista, pero me la inventé al vuelo, imagino que extrayendo recuerdos de lecturas previas de alguna que otra receta. Hacía demasiada hambre en el ambiente)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Guía rápida para pasar como un experto en vinos

Hace poco leí un artículo con este título en un diario gringo en línea y pensé que podría escribirle a mis panas locales una guía similar, tomando ideas de ese texto, intentando no copiar descaradamente, y adaptando un poco el tema a nuestro mercado, aunque quizás funcione también para otros países vecinos. Acá van entonces algunos consejos para que cualquiera de Ustedes pueda parecer y sonar como todo un experto en vinos, claro que es importante ponerlos en práctica cuando uno se encuentre en compañía de colegas, amistades o familiares, que eso de tratar de convencerse a uno mismo no parece ser muy útil. Compra vinos –o recomienda comprarlos– en bodegones o supermercados de alto nivel. Justifica los precios mayores con aquello de que en esos sitios las botellas tienen mayor rotación, pues la gente de dinero toma más vino que güisqui dieciocho años. Llama siempre cepas a las uvas. Es exactamente lo mismo, pero te hace parecer un conocedor.

Fast track: SDQ-SJU-SDQ

Vuelo de nuevo ida por vuelta a San Juan desde Santo Domingo. ¡Que santas suenan estas ciudades! Santo, Santo, Santo es el Señor. El Domingo regresé casi a medianoche a Santo Domingo sin mucho problema, sólo lamentando no haber tenido tiempo de comprar un juego de copas Riedel que bastante falta me hacen, pues las copas de cristal para vino tienen la mala costumbre de quebrarse con frecuencia. Una copa Riedel cuesta en Caracas aproximadamente $30,00 (treinta dólares americanos), una sola copa, repito. En cambio en nuestro hermano norteño, tan denigradito él por estos días, un juego de cuatro copas de la misma marca y sabor cuesta unos cuarenta pedruscos similares ($40,00). Cuatro copas completicas con base y todo. ¿Las ventajas del mercado de oferta y demanda? Igual creo que la semana que viene me toca otro vuelo fugaz y contaré con más dinero, quizás entonces pueda darme el pequeño lujo.