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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

pornophonique

Pude conocer el Mercado Central de Santiago. Aunque sólo por unas horas, al menos pude probar varias de las preparaciones de mariscos que lo han hecho famoso. La visita a esta ciudad fue demasiado rápida. Conocí el metro, un centro comercial y sus salas de cine homogeneizadas al estilo ascéptico-moderno. No me dió tiempo de conocer La Santiaguera. Tuve en mis manos una botella de Caballo Loco número diez, pero opté por no comprarla, puede que me arrepienta en unos días. Amanecerá y veremos.

La Santiaguera

La ciudad de Santiago me recibe fresca, nocturna, amable. Es primera vez que piso tierra chilena, pero voy a estar tan poco tiempo que lo hago ya con el lamento de quien no podrá conocerla siquiera superficialmente. El taxista me da conversa todo el trayecto. Me recomienda el "Circo del sol" que ya se va este fin de semana. Me recomienda que vaya a esquiar a uno de tres sitios que aún conservan nieve suficiente y están a menos de una hora de esta capital. Me descarta la posibilidad de conseguir buenos restaurantes criollos. Vivió cinco años en Puerto Ordaz y me afirma que acá no tienen tanta cocina criolla como allá en mi tierra. Es extraña la manera como nos vemos algunos a sí mismos y nuestro entorno. Siento que lo mismo me habría podido decir un oriental de Ciudad Bolívar, pero sé que no serían la mayoría. El vuelo en LAN no fue muy agradable. Quizás por la falta de servicio de las azafatas, tal vez eran muy pocas para un aparato que estaba lleno a reventar. Afortunado, me

Reporte a los lípidos

Ya estoy terminando el proyecto que desde hace un año, una semana al mes, estoy asesorando en esta Lima hermosa y horrible a la vez, como todas las buenas ciudades. Preparé el informe final y me reuní con los lípidos para presentarles el documento y mis respetos. Los glúcidos estaban de vacaciones casi todos. Los que no, enviaron sus agradecimientos por el éxito logrado usando el correo electrónico. Cerré estas dos semanas limeñas con un plato de "pescado al sillao". De entrada no pude evitar pedir unos choritos a la chalaca, me encantan. Fuimos a un pequeño restaurant, cuyo nombre no pude grabarme, en la Javier Prado, justo en una esquina cerca del imponente edificio de la IBM. Me voy mañana en un avión de TACA. Entré en su website y conseguí hacer un "check-in express", y hasta imprimir mis pases de abordaje. Una gran ventaja de estos tiempos modernos, que me ahorra una media hora de cola en el aeropuerto. En estas dos semanas, unos minutos al día, casi nunca una