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Mostrando las entradas de agosto, 2007

Del Chupe y mis faltas

Estando en Lima hace unas semanas, el cocinero de una cevichería me aclaró que el Chupe original, el que llaman Chupe de Camarones, realmente es una sopa cuya base principal es un consomé de pescado, a la que se le agregan las colas de camarón como adorno. Eso me explicó la diferencia de sabor tan grande con el que aprendí a preparar hace varios años más. Los cuatro ingredientes que me faltaban, y que influyen también en la textura y el sabor del resultado final son el Zapallo, que nosotros llamamos Auyama, el huevo completo que se hecha al caldo luego del primer hervor, y las dos únicas hierbas que se le agregan en ese momento también que son la Hierbabuena y la Huacatay, de la que aún no conozco equivalencia de este lado. La próxima vez que me aventure a preparar este apetitoso caldo, trataré de hacerlo a la manera más peruana posible, a ver qué me sale. Amanecerá y veremos.

Problema resuelto

Cuando chamo me prestaron un librito que enseñaba a resolver el Cubo de Rubik, pero sólo lo tuve por un día, lo suficiente para aprender a armar la primera y segunda capas y cuando iba por la tercera y última, tuve que entregarlo. Desde entonces no era más que un resolvedor incompleto, un fenómeno de circo extraño, pero de los que sólo podían cobrar unos centavos porque sólo causaban gracia o impresión unos minutos y al final sólo quedaba en los espectadores una ligera lástima que imagino les provocaba una media sonrisa y las ganas de darle una palmadita en la espalda de "algún día lo lograrás" al chico en cuestión. Pero ahora existe Internet. Y cientos de manuales, fotos, tutoriales e incluso ¡videos!. Ya lo sé todo. Ahora lo que me falta es comprar un Cubo de Rubik . Amanecerá y veremos.

Regreso cansón

El regreso de esta madrugada no estaba planificado, se suponía que abordaría un avión de Aeropostal el viernes a las siete de la noche. En lugar de eso me anunciaron el jueves en la mañana que el vuelo me había sido replanificado para el Jueves a medianoche, en realidad el viernes a la una de la madrugada, llegando el mismo viernes a las seis y media de la mañana a Maiquetía. El vuelo no fué con un avión de Aeropostal, ésta empresa contrató un avión a Aero Condor, muy pequeño y atestado para mi gusto, tanto que no me dejó dormir bien todo el trayecto. Llegué cansado a Caracas, con sueño y hambre. Hoy descansaré. Amanecerá y veremos.

Chupe (de camarones) después del temblor

Salí a almorzar con varios de los compañeros del equipo de consultores, de varias nacionalidades diferentes. Como me regresaba en la noche, fuimos a comer algo sabroso (aunque eso es una redundancia acá) en el restaurant Puerto Máncora. La especialidad del restaurant es el Pulpo bebé a la parrilla, pero preferí ordenar un Chupe de Camarones que preparan, exquisito, también. De entrada pedimos unos Choritos a la Chalaca que estaban para chuparse los dedos. Debo tener unas fotos por algún lado, a ver si las pego acá esta tarde. A media mañana, a eso de las diez y media, se volvió a sentir un ligero temblor, como de veinte segundos; en esto de los temblores cada segundo es larguísimo. Me comentaron por acá que a eso le llaman "réplicas" y que siguen ocurriendo debido a que las capas internas de la tierra se terminan de "acomodar" hasta unas horas o días después. Toda la noche estuvo entonces de réplica en réplica, casi parecía un remake de Blade Runner. Me comentaron q

Cusqueña y Temblorcito

Salimos rápidamente de las oficinas pues un temblor que comenzó levemente terminó extendiéndose por más de dos minutos. El piso se movió bastante, no tengo referencias de cuánto o cómo es poco, bastante o mucho, pero considerando que el piso nunca debe moverse, pues para mí fué bastante sentir que se moviera durante tanto tiempo de seguido. Tomé un taxi junto con varios compañeros; nadie se quedó en el edificio. Llegué al hotel luego de casi una hora, pues los taxis pasaban llenos, y luego el tráfico estuvo bastante pesado, algo que es común en Caracas, pero que acá en Lima es todavía novedad. Después pasaron dos "réplicas", que es como le llaman acá a las ondas que siguen moviendo la tierra por unos segundos unas cuantas horas más. Dicen que podrían continuar toda la noche. Ahora subí al pequeño restaurante del hotel, en el décimo y último piso del edificio, junto con una de las consultoras, extranjera también, a comer algo. Pero primero, una cerveza Cusqueña para pasar el m

Pisco

He aprendido a apreciar el Pisco , aunque confieso que lo prefiero seco que en su presentación más conocida, el Pisco Sour. A mediodía comimos en un Chifa, aunque no me gustó su estilo medio gringoso. Igual el arroz chaufa estaba muy bueno. Cerré con una copita de Pisco. Ahora, casi a medianoche, me dió por escuchar a Edith Piaf. Quiero ir al museo en su honor que está en París, en la que fue su hogar quién sabe por cuanto tiempo. Amanecerá y veremos.

Anticuchos

Fui con unos amigos a conocer las ruinas de Pachacamac, muy cerca de Lima. Por allí pasaron cuatro grandes civilizaciones en el transcurso de casi dos mil años, siendo los Incas la última de ellas, antes que Pizarro y compañía llegaran a saquear y destruir todo lo que pudieran. De regreso paseamos por Chorrillos, por la costa que da al Pacífico, un paseo hermoso. Al final terminamos en un restaurante del antiguo Paseo Salazar, digo, el Centro Comercial Larco Mar. Pedimos unos Pisco Sour (que se pronuncia "pisco sauer") para acompañar unos Anticuchos de corazón excelentes, acompañados de tamales, salsa Huancaina y ají. Demasiado buenos. No debería seguir comiendo tanto, pero estoy en Lima, ni modo. Amanecerá y veremos.

Pescado al Sillao

Ya había planificado ir a almorzar hoy a mediodía a la cevichería Punto Azul. Para evitar tener que esperar largos ratos por una mesa, pues el sitio en muy concurrido, llegué a las doce y media, pasé de inmediato y pedí una cerveza Cuzqueña, pa' ir haciendo estómago. De entrada pedí un Rocoto relleno de pescado, que estaba muy bueno, pero era mucho para una entrada. Por esa razón el segundo plato, un excelente Pescado al Sillao, no pude terminarlo y aún tengo la mitad en la nevera de la habitación, para terminarle de hacer los honores mañana en algún momento. El Pescado al Sillao se basa en una salsa que me pareció demasiado conocida, pero no sabía si por "sillao" se referían a algún ingrediente propio peruano. Preguntando en el restaurante me sacaron de dudas, resultando que acá le llaman de esa manera a la salsa de soya china. Los platos "al sillao" entonces, se refieren a aquellos que bañan en algún momento de la cocción con las conocidas salsas que acá parec

Miraflores

En Miraflores han crecido como árboles los restaurantes, cevicherías, farmacias, casinos, plazas, librerías y cines; aun quedan casas hermosas, antiguas (o casi) y parques que relatan historias de todo tipo a quien quiera escucharlas o inventarlas. El fin de semana pasado comí en una cevichería que me dejó una buena impresión. Punto Azul se caracteriza por servir platos generosos, llenos de mariscos y pescados. Pedí de entrada unos Choritos a la Chalaca, jugosos y con un sinfín de colores alegres, que me dejaron deseando al menos un guacal más, pero tuve que detenerme porque el plato de Cau Cau de Mariscos se merecía los honores de terminarlo hasta pasarle el dedo al plato para probar la última gota de salsa. Que vaina tan buena. Ya no puedo esperar volver mañana a probar kilos de anticucho y un chupe que seguramente comían los dioses Inca hace muchos, muchos años. Amanecerá y veremos.