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Mostrando las entradas de agosto, 2008

Sale el sol

El sandwich de ají de gallina es el mejor tentempie que uno puede probar acá en Lima. Me llevaré la recete del ají de gallina, se ve fácil y es realmente exquisito. Hace dos días salió el sol un par de horas en la mañana. Hoy a estado mostrándose desde temprano. No es común ver el sol en esta ciudad, al menos no en el distrito de Miraflores. Trataré de ir a Gamarra, a hacer algunas compras, aunque ya es tarde. Hoy tengo que comerme un Tiradito en salsa de rocoto. Tengo tiempo que no lo disfruto. Amanecerá y veremos.

Con lápices

Impresionante lo que hace esta artista, Jennnifer Maestre , con lápices de colores. Vía MocoLoco .

Troya

A D. se le ocurrió la excelente idea de que almorzáramos un fondue de queso que quedaba en la nevera. Abrí una sorprendente botella de Baron Philippe de Rothschild, Chardonay Reserva 2007, que se conservaba muy bien (nota mental: comprar unas tres botellas más) y que acompañó al fundido con mucha decencia. Al contrario de la creencia popular, y como ya lo saben muchos aficionados al vino, los quesos y los vinos no se la llevan muy bien. El queso deja su marca de grasas en la boca, lo que produce el efecto de "esconder" los defectos que podrían tener las copas que acompañan. Quizás eso es lo que les gusta a muchos, pues junto con un sabroso trozo de queso, casi todos los vinos quedan bien. Así que si nos dejamos de exquisiteces, un fondue de quesos rebosando trozos de pan tostado y acompañados con una buena botella de vino chileno reserva, generan un almuerzo que vale la pena anotar y repetir. Mientras escribo hojeo una edición de "Troya", una novela histórica, o his

Caracas non sancta

HTC PPC 6800

Desde hace algo más de un día tengo un nuevo aparato "celular": el HTC PPC 6800. Estuve esperándolo algo más de tres semanas y al fin llegó. Quería actualizar mi móvil porque el Motorola Q con el que tengo ya un año y pico, está estirando la pata, tirándose tres, feneciendo, o como queramos decirle a sus últimos días productivos. Durante esas tres semanas estuve tratando de conseguir servicio, de atención al cliente, en las oficinas del Centro Comercial El Recreo. También en la del Sambil, y en otra que no recuerdo. Un calvario inesperado: no había "sistema". Me acordé de la época en la que uno tenía que ir al banco a hacer cualquier diligencia económica y le devolvían a uno con el coro "no hay línea". El caso de los bancos lo llegué a entender. Todas las sucursales de los bancos deben estar conectadas en directo con los sistemas informáticos financieros que por lo general residen en unos cuartos de máquinas ubicados en sus sedes centrales. Esas conexiones